domingo, 11 de diciembre de 2011

Seamos sinceros

Empecemos por decir que nunca pensé querer a nadie más que a mi vida, sigamos diciendo que nadie iba a conseguir hacerme sonreír cuando estubiese tan mal, y nadie iba a conseguir hacerme llorar de felicidad, ni si quiera de emoción. Continuemos diciendo que alguien que nadie conoce alguna vez dijo que la perfección no existe, ¿no te suena eso de "nadie es perfecto?. Se me había olvidado mencionar que no se podía querer a alguien que no sabe ni como te llamas. Finalmente voy a decir que de todas las cosas que se dicen, un 50,99% son mentira, y que todas las que acabo de nombrar no llegan al 5% de todas las que debería contar. 
Lo quiero muchísimo, lo adoro, más que a mi vida, y más que a nada en este mundo. Lo consigue, ya lo creo que lo consigue, cuando nadie puede sacarme una sonrisa, el se convierte en "nadie" y me la saca del pequeñito huequito que queda por alguna parte, enseñándome que las lágrimas no solo significan estar mal. Vamos con "Nadie es perfecto", eso dejó de tener sentido hace más o menos unos 29 años. Lo habéis adivinado, él no sabe como me llamo, pero de algo de lo que estoy segura es que sabe que lo adoro, y eso, me da un pequeño pasito hasta mi gloria, mi meta, que es él. El, tan perfecto, él, tan especial, él, tan únicamente David Villa Sánchez.

1 comentario:

Ana. dijo...

Gracias por pasarte por mi blog, a mi también me encanta el tuyo. Un beso :)